La Secretaría de Salud del estado de Querétaro (SESA) se suma este 12 de marzo a la conmemoración del Día Mundial del Glaucoma, cuya finalidad es crear conciencia entre la población sobre la necesidad de tomar medidas para prevenir esta enfermedad visual.
En 2008, la Asociación Mundial del Glaucoma y la Asociación Mundial de Pacientes con Glaucoma eligieron el 12 de marzo como la fecha para conmemorar el Día Mundial de esta enfermedad, que es una de las primeras causas de ceguera en personas adultas mayores.
Casi por regla general, el glaucoma no presenta síntomas y afecta de forma principal a personas mayores de 40 años, pero puede aparecer en edades más tempranas, principalmente en aquellos que cuentan con padres o familiares con la misma afección.
Cuando el drenaje del humor acuoso no es el correcto, en la cámara anterior del ojo se produce un aumento de presión, que se transmite a la cámara posterior (humor vítreo), produciendo una disminución del flujo sanguíneo retiniano. Esto, a su vez, provoca una mala irrigación arterial de la papila óptica que se traduce en una degeneración progresiva de las fibras del nervio óptico y, por tanto, en una ceguera progresiva.
Hay factores de riesgo asociados al glaucomaque no son prevenibles, el más destacable en este contexto es la edad, especialmente a partir de los 60 años, aunque tras cumplir los 40 el riesgo ya es significativo. Los antecedentes familiares en ascendencia directa (padres) también implican un mayor riesgo, así como la raza, pues las personas de etnia africana tienen una mayor propensión a desarrollar esta patología ocular. También las personas miopes tienen incrementado el riesgo, al igual que aquéllas que siguen tratamientos de larga duración con corticoesteroides.
En tales casos no cabe la prevención, pero sí el diagnóstico precoz. Y esto es importante, pues aunque el glaucoma es un problema ocular que no se puede curar y la pérdida de agudeza visual que origina es irreversible, sí se puede detener su progresión mediante el tratamiento adecuado.
Para ello es fundamental que todas las personas se sometan a una revisión rutinaria que incluya la medición de la presión intraocular (PIO) a partir de los 40 años y con una periodicidad de dos a cuatro años. Las mayores de 60 deberán hacerlo cada uno o dos años. Sin embargo, aquellas personas en situación de riesgo deberán someterse a esta revisión de forma anual y a partir de los 35 años de edad.
La diabetes tipo 2 es uno de los factores de riesgo que se asocian al desarrollo del glaucoma. También la hipertensión arterial está considerada como un probable detonante del aumento de la presión intraocular que lleva al glaucoma. Pero en general la salud cardiovascular tiene mucho que ver con la probabilidad de padecer esta patología ocular. En consecuencia, todos los factores de riesgo que afectan a la salud del sistema circulatorio lo son también frente al glaucoma.
Es por ello que para la prevención de esta enfermedad es necesario un estilo de vida saludable, en el que la alimentación (dieta equilibrada) y el ejercicio físico (practicado de forma regular) son parte importante. Además, no fumar, evitar sustancias estimulantes como la cafeína y reducir el consumo de alcohol a niveles saludables son también importantes para prevenir el glaucoma.