con motivo del Segundo Informe de la LX Legislatura del Estado de Querétaro
Hace dos años tuve el enorme privilegio de hablar aquí mismo en el majestuoso teatro de la República, precisamente en el marco de la instalación de esta legislatura. Y entonces, como ahora, nos comprometimos a que el grupo parlamentario del PRI se apegaría a una agenda legislativa liberal, progresista, feminista, y social demócrata, que recogiera las principales causas de la ciudadanía y buscar, a través de la norma, nuestro fin último: la justicia social.
A dos años de distancia, les puedo decir que hemos caminado hacia ese destino.
Pero…… éste no debe de ser un espacio para caer en triunfalismos exacerbados o autoelogios inmerecidos, sino un momento de reflexión en donde si bien se rinden cuentas de lo que hemos hecho, se reconozca también, lo mucho que hay por hacer.
Y para lograr hacer y avanzar es necesario el debate, el contraste de ideas, debemos siempre debatir para construir, argumentar para avanzar, dialogar para dignificar, ese es el quehacer legislativo.
Las discusiones, son el alma de la democracia, es preferible el calor del debate, que la frialdad del silencio.
Pues en la riqueza de la pluralidad, es donde se dan los cambios más importantes.
Los hechos y la historia de este país, así lo consignan. Precisamente aquí, en 1917 se construyó nuestra carta magna, y desde entonces nuestra constitución es una de las más reformadas del mundo, pero lo relevante es que cuando más acelerados han sido los cambios, es del 97 a la fecha, es decir, a partir de que ningún partido político cuenta con la mayoría calificada en el Congreso, ¿y cómo hemos logrado esto? A través de acuerdos, consensos, haciendo política, escuchando a todas y todos, porque en la diversidad se puede y se debe construir. Y es que hay que tener cuidado con los que se sienten “cómodos” en aquellos espacios donde todos piensan igual, porque ahí, nadie piensa mucho.
Esta legislatura ha marcado, una diferencia clara con una política que, en otros ámbitos, en otros niveles, y en otras latitudes, no le gusta el diálogo, ni la deliberación democrática.
Debemos mantenernos abiertos a nuevas ideas, a distintas formas de pensar, a romper nuestros propios paradigmas, a deconstruirnos, a cuestionarnos todo. Porque no hay pensamiento más peligroso en el planeta, que aquel pensamiento conservador que cree, que todo debe de continuar igual, simplemente por el hecho de qué siempre ha sido así.
Escuchar ideas distintas nos nutre como personas y es un principio parlamentario, negarse a ello asesina el diálogo, y hiere de muerte a la democracia.
Eso nos distingue a los priístas, a los buenos priistas, la resiliencia, esa capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos a los cambios, pero también, estos cambios deben alcanzar a las normas y a las instituciones. Estamos obligados a hacerlo, pues la sociedad evoluciona, avanza y está en constante cambio, si no cambiamos con ella, nos cambian, y si no avanzamos con ella, nos dejan atrás.
Porque como bien decía Colosio “Una nación cambia, cuando sus individuos cambian, y cada paso legislativo es un paso hacia ese cambio social”.
Por ello debemos celebrar los enormes consensos que ha tenido este último año la legislatura, y al mismo tiempo reconocer lo mucho que falta por hacer. Pero, por ejemplo, logramos ponernos de acuerdo para prohibir la enorme injusticia, tortura, discriminación, señalamiento y segregación que sufren las personas que de manera libre manifiestan su preferencia sexual, y que algunos que piensan distinto, creen que hay algo que curar. Hoy, por unanimidad en nuestro estado, están prohibidas las terapias de conversión.
Pero realmente, el trabajo terminará cuando nuestra entidad no sea de los primeros lugares nacionales en discriminación, cuando a nadie se le señale por a quién decidió amar, debemos aspirar a la tolerancia absoluta, sin medias tintas.
Y en lo que, si debemos ser profundamente intolerantes, es la violencia contra las mujeres, no podemos aceptar, no debemos normalizar, vivir en un país, donde……hoy en la mañana 10 mujeres salieron de su casa y no van a regresar, porque durante el día, un cobarde decidió asesinarlas…es inaudito…es inaceptable. Y no hacer algo al respecto, nos convertiría en cómplices, por ello es por lo que aprobamos mayores penas a los feminicidas, fortalecimos la ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, aprobamos la ley de violencia vicaria, y con la ley 3 de 3, cerramos el espacio público a los violentadores y a los oprobiosos deudores alimentarios, a partir de 2024 ningún tipejo de estos podrá estar en la boleta electoral.
Pero insisto, el trabajo estará concluido, el día que todas las mujeres que hoy salieron en la mañana regresen sanas y salvas, y que durante el día se sientan seguras, libres y felices.
En ocasiones, las metas de nuestro quehacer legislativo son de largo aliento, pero debemos dar los primeros pasos. Como lo hicimos al crear la agencia de movilidad…falta mucho por hacer, pero vamos en la ruta correcta, trabajando, acordando, legislando, tenemos un congreso de avanzada e incluyente, ha logrado poner temas sobre la mesa que en otras ocasiones ni por error se hablaba de ellos, faltan algunos todavía, pero vamos avanzando.
No hay tiempo que perder, ya concluyeron dos terceras partes, nos queda el último tramo, el último estirón, y mucho por hacer.
Tengamos cuidado, que ese legítimo derecho de una aspiración futura en el sistema democrático nuble nuestras acciones, congele nuestras intenciones, o borre nuestros anhelos, no hay que rezagarnos, no hay que dejar trabajo por hacer, porque si dejamos una tarea inconclusa, quien la paga al final, son los ciudadanos.
En este año que comienza, vendrán tiempos retadores para nuestro Estado y para México, en el PRI sabemos y sabremos llegar a acuerdos, porque nuestra finalidad es rescatar a México y defender a Querétaro.