La plaza Paseo Querétaro se convirtió en un espacio de celebración y encuentro, donde los asistentes pudieron disfrutar de las vibrantes danzas de los grupos folclóricos de la región. La gastronomía también tuvo un papel protagónico, con puestos que ofrecieron desde los tradicionales garbanzos amarillos hasta el exquisito mole rojo.
El altar HñöHñö, adornado con flores de cempasúchil, pan de pulque y comida típica de la región, se convirtió en el centro de atención, evocando la ancestral tradición de honrar a los difuntos.